sábado, 18 de octubre de 2008

AGRADECIMIENTO

En su camino a Jerusalén, pasó Jesús entre las regiones de Samaria y Galilea. Y llegó a una aldea, donde le salieron al encuentro diez hombres enfermos de lepra, los cuales se quedaron lejos de él gritando:--¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros! Cuando Jesús los vio, les dijo: --Vayan a presentarse a los sacerdotes. Y mientras iban, quedaron limpios de su enfermedad. Uno de ellos, al verse limpio, regresó alabando a Dios agrandes voces, y se arrodilló delante de Jesús, inclinándose hasta el suelo para darle las gracias. Este hombre era de Samaria. Jesús dijo: --¿Acaso no eran diez los que quedaron limpios de su enfermedad? ¿Dónde están los otros nueve? ¿Únicamente este extranjero ha vuelto para alabar a Dios? Y le dijo al hombre: --Levántate y vete; por tu fe has sido salvado. (Lucas 17:11-19).

Gracias, Señor por tu Palabra.

La lepra es una enfermedad infecciosa crónica, caracterizada principalmente por síntomas cutáneos y nerviosos, sobre todo tubérculos, manchas, úlceras y anestesias. su origen es principalmente en los cerdos, producida por el cisticerco de la tenia común, y que aparece en los músculos de aquellos animales en forma de pequeños puntos blancos.

En los tiempos del Señor Jesús esta enfermedad era incurable, tremendamente contagiosa, si el sacerdote te declaraba como una persona leprosa, no se le permitía estar entre las personas, sea en la calle, en el mercado o con amigos, ni siquiera te era permitido convivir con tus familiares, ni podías estar en tu propia casa, ya que eras obligado a dejarlo todo y te enviaban a las afuera de la comunidad, en lugares especiales (Generalmente cuevas) donde los leprosos eran aislados, prohibiéndoles terminantemente salir de ahí, y si alguien se atrevía a desobedecer, se le castigaba con la pena de sufrir una muerte a pedradas.

esta es una condición muy desesperante, imagínate estar preso por causa de tu enfermedad, aislado del mundo exterior, rodeado de gente igualmente desesperada, sin la esperanza de un futuro mejor, además súmale sufrir esta terrible enfermedad, comezón en todo el cuerpo, ardor por las ulceras, dolor por las infecciones y falta de higiene total.

Dice la historia Bíblica que Jesús se dirigía a Jerusalén y pasaba entre las regiones de Samaria y Galilea, a estas alturas su fama ya se había extendido por todas estas regiones, muchas personas contaban como el Señor Jesús tenia poder y autoridad sobre las enfermedades, sobre las personas, sobre la naturaleza e incluso sobre los demonios. Se le veía como un gran Rabí, un gran Maestro, pues hablaba con mucha autoridad sobre la voluntad de Dios para con cada una de las personas.

Y precisamente cuando llegó a una aldea cuyo nombre no se registra, en las orillas, diez hombres enfermos de lepra movidos por su necesidad, se atreven a hacer algo poco usual, le salen al encuentro, pero de lejos, le gritan con fuerza, era mucha la gente que seguía al Señor Jesús, y ellos no podían acercarse, así que gritaron con todas sus fuerzas con la esperanza de ser escuchados diciendo: -¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!

Y tu mi amigo(a) ¿tienes alguna necesidad? ¿Buscas la solución a tus problemas? ¿Hay alguna enfermedad? Mira el ejemplo de estos hombres leprosos, se dieron cuenta que hay alguien que esta dispuesto a echarles la mano, no importa su condición, no importa quienes sea Jesús desea ayudarles ¿Y sabes que? Jesús también desea ayudarte a ti. No te gustaría acercarte a Dios y pedirle ¡Jesús, ten misericordia de mi!

Dice la historia que cuando Jesús los vio, les dijo: Vallan a presentarse a los sacerdotes. Te das cuenta lo que les pide el Señor nuestro Dios, ellos definitivamente no tienen permiso de salir de esas cuevas, no pueden ver o visitar a las personas y mucho menos ir a donde estaban los sacerdotes, por que seguramente les condenarían, pues su presencia puede contagiar a otras personas. No, no parece lógico lo que Jesús les pide, si lo hago, seguramente ellos pensaron ¡Me van a matar!

Sabes cuando Dios nos habla a través de la Santa Biblia, también te puede parecer que es ilógico, que lo que Dios pide no puede ser, que esta en otra frecuencia, que tal ves no es para ti, pero créeme no es así, mira lo que hicieron estos hombres leprosos, ellos decidieron creerle a Jesús y se dirigieron a los sacerdotes y cuando iban dice la Escritura que fueron sanados, quedaron limpios de su enfermedad. Te das cuenta le creyeron a Dios y Dios los sano, ¡Que gran bendición! Le creyeron a Jesús y El los sano.

Atrévete a creer en Dios, obedece a su Santa Palabra y veras la gloria de Dios. No importa que tu pienses diferente, los seres humanos continuamente nos equivocamos y nuestras decisiones sin la ayuda de Dios casi siempre nos traen malas consecuencias. Dios quiere bendecirte pero hay un problema, nuestra separación producida por no estar de acuerdo con tu Creador te impide ver que Dios te ama tanto y de tal manera que dio a su hijo unigénito para que tu no te pierdas sino que tengas vida eterna.

Estos hombres leprosos fueron sanados, los diez, pero dice la Sagrada Escritura que solo uno regreso alabando a Dios a grandes voces y se arrodillo frente a Jesús hasta el suelo para darle las gracias y este hombre era de Samaria, a los samaritanos se les consideraba como personas que no conocían acerca de Dios y su conducta era generalmente mala, pero mira de los diez, nueve que eran judíos, se supone que conocedores de Dios y su voluntad pero no se acordaron de quien les había sanado, por esto Jesús dijo: ¿No son diez los que han sido sanados? ¿donde están los otros nueve? Únicamente este extranjero ha vuelto para alabar a Dios.

Cuan importante es saber ser agradecido, si recibes un favor de alguien, lo agradeces. ¿Has recibido alguna bendición de parte de Dios? Piensa… ¿Tienes salud? ¿Tienes un trabajo? ¿Comiste ayer, comiste hoy? ¿Tienes seres queridos que están a tu lado? Etc. Estos son favores que te da Dios, cada mañana al despertar cuando abres tus ojos y te das cuenta que aun estas vivo y respiras, es motivo para alabar a Dios y darle gracias por su bendición. La Biblia dice que aun las aves le glorifican. Cada día por las mañanas ¿No has oído el canto de las aves? Están glorificando a Dios. ¿Los seres humanos no somos mas que las aves? Pero no siempre somos agradecidos.

Mira como reacciona Dios nuestro Señor cuando alguien sabe ser agradecido: al hombre que regreso dando gloria a Dios Jesús le dijo levántate y vete, por tu fe has sido salvado. ¡Que gran bendición, por creerle a Jesús recibió la salvación! Dios se agrada de las personas que tienen fe, que pueden creer en Jesús y saben agradecer todo lo que Dios hace por ellas. Y tu mi amigo(a) le crees a Jesús, El quiere bendecirte, ha dado su vida en sacrificio, derramo su sangre preciosa en la cruz del calvario para que tu y yo tengamos vida. Solo te pide que creas en El y obedezcas a su Palabra. ¿puedes hacerlo?

Que el Señor te bendiga.